Carta a mi corazón

Carta a mi corazón

Ay, corazón mío, cuántas veces me preocupo por los demás y me olvido de ti.

Frente a los desafíos, la ansiedad y los problemas de la vida, eres tú quien me sostiene, quien me ayuda a soportarlo todo. Y mira cómo te pago: comiendo lo que te hace daño, robándote horas de sueño porque me da por pensar y pensar—y lo peor—pensar solo en tragedias, tragedias extraídas de mis miedos más profundos.

Corazón mío, a ti no te gustan las pastillas, preferirías mil veces que te cuidara hoy para no depender de ellas mañana. Y no solo por ti… también lo hago por mi bolsillo, porque sé que el estrés financiero vendría después. Ya lo ves venir, ¿verdad? Ya te imaginaste dónde podría terminar todo. Al final, siempre serás el más perjudicado.

Eres el que más trabaja en todo el cuerpo, el esclavo silencioso de todos. Mientras el cerebro duerme y se sumerge en sus fases de descanso, mientras los músculos se relajan, mientras todo queda en silencio… tú sigues ahí, despierto, vigilando, protegiendo, sosteniendo la vida.

Corazón, ¿acaso eres una madre incansable, un padre protector? ¿O tal vez un ángel de la guarda? ¿Cómo podría pagarte todo lo que haces por mí?

Respuesta:

Hola, gracias por esas palabras. Soy tu corazón. Un gusto saludarte.

Casi nadie me escribe para darme las gracias, pero veo que tú sí lo has hecho.

Si realmente me quieres y quieres aprovechar todo lo que te doy, busca papel y lápiz y anota lo siguiente. Son solo siete cosas:

1. Muévete todos los días.
Mínimo 30 minutos al día. No importa si caminas, corres o bailas, pero muévete. Me oxigena, me fortalece, me hace feliz.

2. Cuida lo que comes.
¡No más porquerías! Me encanta alimentarme de frutas, verduras, grasas saludables (aguacate, frutos secos, aceite de oliva), proteínas magras y fibra. Evita los ultraprocesados, el exceso de sal y el azúcar en exceso. No me hagas trabajar con combustible malo.

3. Mantén tu peso en equilibrio.
Intenta bajar esa panza, ¡por Dios!
El sobrepeso me sobrecarga y eso hace que aparezcan tres enemigos peligrosos: hipertensión, diabetes y colesterol alto.

4. Controla el estrés y las emociones.
El estrés constante y las emociones negativas como la ira o el resentimiento me afectan tanto como una mala alimentación. Medita, respira profundo, aprende a soltar lo que no puedes controlar y rodéate de personas que sumen a tu vida.
Deja de rodearte de quienes te hacen sentir inferior. Sé tú mismo, hazme caso, después me lo vas a agradecer.

5. Duerme bien y lo suficiente.
Deja de ver tanto TikTok, ¡me vas a matar!
Necesito que duermas entre 7 y 9 horas cada noche para recuperarme y seguir funcionando bien.

6. Deja los malos hábitos.
El tabaco, el alcohol en exceso y el sedentarismo me quieren destruir.
Cada cigarro, cada copa de más, cada día sin moverte es un golpe directo contra mí.

7. Escúchame y hazte chequeos médicos.
A veces, te aviso antes de que pase algo grave.
Si sientes fatiga constante, dolor en el pecho, palpitaciones o dificultad para respirar, ¡no me ignores!
Hazte chequeos regulares, mide tu presión arterial, colesterol y glucosa, y actúa antes de que sea tarde.

Si haces esto, te lo garantizo:
Ahorrarás dinero, necesitarás menos médicos y menos pastillas en el futuro. Y lo más importante… me ayudarás a darte una vida más larga y con calidad.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Scroll to Top