Quien persevera, alncan
Hace mucho, mucho tiempo atrás. Exactamente hace 25 años de esta foto. Imagínense, tenía 18 añitos, pero saben qué, me siento orgulloso de ese muchacho que ven ahí. Siempre fui organizado en todos los sentidos. Nunca di rienda suelta a mis instintos. Siempre tuve esa mentalidad a largo plazo. Siempre sentí que iba a llegar lejos en la vida. Siempre supe que sería feliz.
Nunca perdí mi tiempo. Con 18 años tocaba la guitarra, el teclado, y hasta predicaba en mi iglesia. Fui ministro de alabanza. Siempre honré a mis padres. Siempre fui obediente. Nunca tuve Play Station, ni Nintendo, porque para mi padre era una pérdida de tiempo, y mirenme aquí, no me pasó nada. Sigo vivo. Todavía cuerdo.
Me siento orgulloso de ese muchachito, de ese adolescente, porque supo esquivar todas las tentaciones que lo alejaban de las metas que tenía hacia el frente.
Aquellas metas ya me alcanzaron, y yo las alcancé a ellas, y no hay nada más bonito que sentirse plenos, y felices con lo que Dios nos ha permitido alcanzar. Yo puse mi parte, mi esfuerzo, mi dedicación, nunca dejé de hacer aquello que me tocaba a mi. Dios se encargó de cuidarme, mientras yo trabajaba en alcanzar mis metas. Si tuviese que decirle algo a ese muchachito que ven ahí le diría que estoy orgulloso de él. Que todo ese sacrificio que está a punto de enfrentar vale 100% la pena.