Hablemos de cardiología
¡Hay el electrocardiograma! ¿Qué seríamos los cardiólogos sin uno de estos? Y no solo es el hecho de tenerlo, es entender lo que nos quiere decir. El electrocardiograma nos transmite tanto los designios, el bienestar y el sufrimiento del corazón. El electrocardiograma son los mensajes del WhatsApp que envía el corazón para que nosotros los cardiólogos podamos interpretarlos. Es como traducir de un idioma a otro. Y así como un traductor de idiomas necesita aprender el otro idioma; así el cardiólogo debe saber qué está diciendo el corazón cuando vemos esos trazos que suben y bajan.
Se imaginarán que entender lo que el corazón quiere decir no es intuitivo, lleva preparación, lleva años de estudio, lleva experiencia. Incluso, el cardiólogo debe interpretar el silencio (a través de un electrocardiograma normal) ¿por qué el corazón no está diciendo ni una palabra? ¿Por qué calla, por qué no dice nada? Es cierto, hay infartos que no duelen, hay isquemias silentes, y hay problemas tan graves donde él prefiere callar, donde el electrocardiograma no detecta nada.
¿Qué haríamos los cardiólogos sin este invento de nuestro ya fallecido profesor Willen?
El corazón quiere hablar, muchas veces quiere que le interpreten su idioma, quiere decirnos algo; todo depende de nosotros si dejamos que hable. Si dejamos que alguien (que conoce ese idioma) pueda interpretarlo.