Luchando por vivir cada día
Esa esquina ahí, verde, con dos árboles, uno de aguacate (el más pequeño), y uno de Almendro, en la esquina del edificio Diagonal, es obra, arte y lucha de Mauricio y de algunos taxistas. Ojalá que se lograra copiar este modelo. Uno donde se pueda arborizar la ciudad para disminuir el calentamiento global, uno donde se prioricen los árboles, y plantas sobre el concreto y las aceras. Muchas veces, me cuenta Mauricio, han intentado cortar el Almendro, porque “tapa los rótulos” y afecta la publicidad; porque esto o lo otro, pero él ha defendido a “Andrecito” (como le llaman ellos) a capa y espada. Andrecito, en agradecimiento, le da sombra a cualquiera que desee descansar del sol extenuante bajo el abrigo de su sombra.
Abajo han creado entre todos, Mauricio y taxistas, unas banquetas de concreto, y ahí se sientan muchas personas, pacientes que pasan, acompañantes, y fugitivos, algo que antes no existía. Era una esquina cualquiera, yo la conocí antes que existiera Andrecito y ahora se ve más bonita con su compañerito “El aguacate”.
Qué buen ejemplo, ¡me encanta!
