Prevenir es de sabios
¡No es solo la enfermedad la que mata, sino muchas variables que sumadas son un auténtico desastre!
Dicen que cuando a uno le toca, le toca, pero tengo mis dudas. Yo he visto algo curioso, es como alinear a los planetas, como un eclipse, se unen muchas variables para que un paciente muera de una enfermedad. No es solo la enfermedad en sí mismo, sino la suma de todas esas variables en un mismo momento.
Las voy a enumerar:
La primera, las condiciones familiares y la calidad de relaciones sociales que tiene el paciente. Muchas veces el paciente tiene una enfermedad que no es complicada, que es tratable, pero el paciente no tiene ningún tipo de respaldo, ni cuidado familiar.
El paciente puede vivir acompañado en el hogar de personas que son completamente indiferentes con el paciente, y esto juega en contra. No hay nadie recordándole a qué horas le tocan las pastillas, nadie le ayuda a ir al médico. Nadie se involucra en la enfermedad del paciente. He visto casos de hijos que acuden con su familiar enfermo a la consulta, y no saben qué toma, ni qué tiene. Como he tenido casos de hijos totalmente pendientes, y que saben hasta cosas que ni el mismo paciente sabe: Nombres, dosis de medicamentos, fechas de consulta, nombres de los especialistas que lo han visto, etc. A eso me refiero. Como dijo Robin William una vez: -“Solía pensar que la peor cosa de la vida era terminar solo, no lo es, lo peor de la vida es terminar con gente que te hace sentir solo”-.
La segunda, es tener mala memoria. Es esperado a cierta edad que la memoria comience a fallar, pero muchas veces falla porque no la entrenamos, y una muy buena forma de entrenarla es memorizando cosas, medicamentos, dosis, diagnósticos, etc.- Lo que pasa muchas veces es que no queremos forzar la mente, y eso no nos conviene. Tengo pacientes que no saben qué están tomando. Y no hablo de ancianos de 100 años, pacientes de 40 ó 50 años. Con una pereza para aprenderse una sola pastilla. Un paciente que sabe el nombre de sus medicamentos, la dosis, etc, está sacando los mejores dividendos de un medicamento que le está prolongando la vida. Al entrenar la memoria se mejora la capacidad cognitiva, de aprendizaje, atención, concentración, y hasta previenen enfermedades neurodegenerativas (Demencia, Alzheimer).
La tercera, la disciplina. Los pacientes indisciplinados, literal, se mueren primero. Esos pacientes que tengo que son constantes, persistentes, que saben la hora, y la respetan, les va mejor. No se complican, no terminan ingresados, rara vez sufren complicaciones inesperadas. Duran más tiempo. Tengo pacientes que se toman la pastilla cuando ellos quieren, cuando se acuerdan, cuando les da la gana.
Con las enfermedades del corazón no se juega. Un error por sencillo que parezca tiene implicaciones mortales. Imagínese sufrir un derrame cerebral por presión alta, por haber dejado de tomar la pastilla un mes, con 46 años, ser madre soltera, y debido a las secuelas, que el hijo tenga que dejar los estudios para trabajar y llevar la comida a la casa. Así mismo he visto casos.
No voy a cansarme de enseñarles para que se eviten complicaciones. Esa es mi misión, mi discipulado.
La cuarta, la inocencia. Deje de creerle a todo mundo, tengo pacientes que se han complicado porque la vecina les dijo esto o lo otro. Deje de creer tantas falacias y mentiras (por no decir otra palabra). Créame a mí, a su médico, a su cardiólogo, yo estudié 13 años de mi vida, invertí los mejores años de mi vida para esto, de los 19 años hasta los 32 para decirle con propiedad y evidencia qué debe hacer. La vecina no es médico, para que usted agache la cabeza, y acepte las sugerencias de alguien que no es profesional de la medicina. Dígale que sí, para no generar enemistades, pero siga tomando sus pastillas como yo le dije.
Deje de creer esa paranoia de que la pastilla la va a matar. No defienda su enfermedad, no la proteja. La enfermedad es su enemiga. La pastilla su aliada, su ángel de la guarda. Usted va a escuchar información en las redes, en tik-tok, diciendo que la presión arterial se cura sin pastillas. Todo eso es mentira. Quieren disminuir a la población desinformando. -“Un indio menos, una tortilla más”-. Solo lo animo a que vea el origen, si la persona que lo dice es médico certificado, muchas veces lo que les interesa es hacerse virales, y recibir likes, no les interesa muchas veces la salud de quiénes los ven. No tienen base científica en lo que dicen. Espero que un día se pueda regular, por una cuestión de salud pública, todas esas plataformas que están desinformando a la población.
Usted puede venir a mi consultorio, en esa pared están mis atestados, los muestro como símbolo de esfuerzo, pero también como garantía de que se lo qué estoy hablando. Que estudié para eso, y para que usted tenga la seguridad que le recomiendo algo con EVIDENCIA.
¿Cuál de estos factores les afecta a ustedes?