¿Cómo hacemos para mejorar la inteligencia emocional en nuestros pacientes?
En mi experiencia como cardiólogo he observado algunos parámetros individuales en mis pacientes que me permiten predecir su buen pronóstico frente a las enfermedades que tienen. Podría decir que mis pacientes más saludables, más plenos, con mejor evolución, son personas con un nivel de autocontrol, fuerza de voluntad, y determinación altos.
Aquellos en los que observo dificultades para concentrarse, a quienes les es difícil llevar una simple dieta, o dejar de comer lo que no deben, que les es imposible recordar la hora de su pastilla, que tampoco se preocupan por al menos poner una alarma; que estando en mi consulta les es imposible dejar sin responder un mensaje de WhatsApp mientras platicamos de lo delicado de su problema de salud; todas esas características psicológicas me hacen sospechar que su evolución no será buena.Aquellos pacientes que hacen lo que tienen que hacer; que no piensan dos veces a la hora de dejar atrás todo lo erróneo que vienen haciendo con su estilo de vida; que no hacen caso a cualquiera, sino al experto; que deciden simplemente hacer para “ya” lo que tienen que hacer, esos son los que mejor les va. Lo noto, lo veo todos los días.
Veo con preocupación, ese aspecto tan sutil, pero importante, como es su dificultad para concentrarse en mi consulta; su dificultad para abstenerse de responder una llamada inoportuna: Su falta de autocontrol.
“Existe una clara evidencia de que las personas emocionalmente desarrolladas, es decir, las personas que gobiernan adecuadamente sus sentimientos, y asimismo saben interpretar y relacionarse efectivamente con los sentimientos de los demás, disfrutan de una situación ventajosa en todos los dominios de la vida, desde el noviazgo y las relaciones íntimas hasta la comprensión de las reglas tácitas que gobiernan el éxito en el seno de una organización. Las personas que han desarrollado adecuadamente las habilidades emocionales suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y más capaces de dominar los hábitos mentales que determinan la productividad.” (DANIEL GOLEMAN).
Los pacientes que poseen niveles de conciencia altos y que tienen una inteligencia emocional capaz de mantener a “raya” las emociones (placer, miedo, enojo,etc), son, en definitiva, los que exhibirán mejores años de vida, y con mayor calidad.
¿Cómo hacemos para mejorar la inteligencia emocional de nuestros pacientes, y que eso permita que vivan más y mejor?