Educando a través de la medicina: Cuídese y así cuida a quienes lo aman
Mi paciente ya estaba bien. La primera vez que vino estaba cansada, hinchada del cuerpo, y de la cara, y le encontré que tenía el corazón inflamado. Le dejé medicamentos y enseguida mejoró.
Al mes siguiente ya no estaba hinchada, dormía bien, y ya no sentía cansancio.
Al medir algunos parámetros en sangre definí que tenía un buen pronóstico, que aunque los exámenes salieron alterados, no estaban tan altos, por lo que con el tratamiento seguramente se mantendría estable varios años. Sin embargo, se le ocurrió al hijo llevarla a un naturista y cambiaron el tratamiento y le dieron pastillas y algunos brebajes de dudosa procedencia, los cuales no puedo ni articular en palabras por lo complicado de los nombres. La paciente se levantó a medianoche, y le dijo al hijo:-“Qué calor está haciendo, me voy a pasar al otro cuarto”-, en la mañana él se vistió para ir a su trabajo, abrió la puerta del cuarto y la vio “durmiendo”, al regresar por la tarde la paciente tenía hasta rigidez cadavérica. Había muerto probablemente durante la madrugada de ese mismo día.
Yo les recomiendo a mis pacientes, a quienes saben que los quiero un montón, sigan las indicaciones que les dejo en la hoja de la última consulta, no hagan caso a personas inescrupulosas, que en el afán de ganar dinero son capaces de poner en riesgo la vida del paciente, como sucedió con mi pacientita.
Da lástima
. Da pena. Mi paciente todavía estaría viva sino hubiese suspendido el tratamiento.

Por eso se estudia tanto para hacer una especialidad, porque los designios y los caprichos del corazón son delicados de tratar. No deje que cualquiera venga a “manosearle” su corazón. Yo a veces me desánimo al ver cómo se enredan los pacientes por falta de conocimiento, por dejarse dar cuento tan fácil, por hacerle caso a todos. Cualquiera se los baja.
Siga el plan por favor. Así cómo se lo dejo apuntado. Para que viva más, para que viva feliz, para que no le pase nada. ¡Por favor!
