Feliz día del padre
Hoy es el día del padre, y hay inundaciones en todo el país al mismo tiempo.
Aquí en casa, resguardados, y en modo “apagado”, quise escribir algo y recordaba, que cuando era adolescente, ya pensaba en mis hijos aunque estos no habían nacido. Ni conocía a la que sería su madre. Recuerdo como si fuese ayer, que una de mis tantas motivaciones para estudiar, en la primera etapa de mi juventud, era prepararme para el día que me tocara ese gran desafío.
Cuando Emily nació yo ya era médico, ya había terminado mi primera especialidad, y estaba en el primer año de mi residencia en Cardiología. Samuelito nació ocho años después de Emily y Gabriel nacerá seis años después de Samy. Los tres han sido niños anhelados, y debidamente planificados.
Organizarme para ser padre en el debido momento me ha permitido disfrutarlos. Cuidarles su infancia, proteger su niñez, darles tiempo, y verlos crecer.Hoy le pregunté a Emily:-“Del uno al diez, ¿qué tan feliz eres?”-.Y me respondió lo que me imaginaba: Diez.
Muchas veces como padres tenemos la tentación de trabajar hasta reventarnos, de llegar tarde, de llegar noche, pero sinceramente, no vale la pena. De nada sirve trabajar y estar ausentes, cuando todo ese dinero acumulado tiene que ocuparse después en consultas psiquiátricas por un hijo adolescente con intentos suicidas, o en rehabilitación en un hijo en la drogadicción.
-“El ojo del amo engorda al caballo”-, y estar pendientes, estar presentes, el simple hecho de verlos jugar, observarlos, vivir en equilibrio, llevar una vida más minimalista, con cero deudas, y mediterránea, puede hacer la diferencia, nos permite vivir una paternidad más plena, y feliz.
Hacer un esfuerzo máximo e integral en el papel como padres, nos permite evitarnos muchos sinsabores, muchas tristezas, y nos llena de satisfacción.No hay título, ni cargo, ni trabajo que valga más que ser padre. Lo que necesitamos es dar prioridad a lo que amerita prioridad.
Los padres son clave en la vida de los hijos. Son los encargados de potenciar al niño, y facilitan que alcancen niveles más altos de éxito, autoestima y plenitud. Un niño con padre presente será un adulto que no tendrá que enfrentar tantos traumas, y ansiedades.
La paternidad responsable, y equilibrada le conviene a toda la sociedad. No sirve de mucho atiborrar a los hijos de cosas materiales (celulares, videojuegos, etc) y en ese afán de trabajar y trabajar “darles lo que nunca tuvimos”, y faltarles nosotros como padres en ese proceso.Yo tuve la suerte de crecer con mi padre. Fui afortunado. Me enseñó carácter, disciplina, y a no dejarme influenciar por las tendencias, por los demás.
Mi padre ha sido mi guía, mi amigo, y un padre presente.
Recuerdo que cuando íbamos a la iglesia tomaba mi biblia abajo del brazo, él agarraba la suya, y me decía:-“Nunca te avergüences del evangelio”-, y pasaba con mi biblia recordando esa frase mientras cruzaba en medio de los pandilleros. Se reían, se burlaban. Ahora todos están muertos o en la cárcel. Mi padre tenía la razón.Y así tenemos como padres ese mismo desafío. Enseñarle a nuestros hijos a enfrentar las tentaciones modernas con carácter.
Felicito a todos los padres salvadoreños por tanto esfuerzo. Por salir a la calle a trabajar, muchas veces a costa de su vida para que su familia salga adelante. ¡Dios me los cuide, y bendiga por todo lo que hacen!
¡Feliz día del padre salvadoreño!