Mantenerse saludable lo ayuda a vivir más
Ahora los cipotes no le aceptan una rica sopa de chipilín, ni mora, solo hamburguesas quieren. Ya no toman refresco de tamarindo o de horchata, solo soda.
Varias investigaciones sugieren que los niños de hoy están expuestos a factores de riesgo, como una mayor ingesta de alimentos ultraprocesados y azucarados, junto con estilos de vida más sedentarios, que podrían predisponerlos a enfermedades crónicas desde edades más tempranas. Estas condiciones, incluyendo la obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardiovasculares, pueden reducir tanto su calidad de vida como su longevidad.
A diferencia de generaciones anteriores, la obesidad infantil y la diabetes tipo 2, que solían ser raras en niños, se han vuelto notablemente comunes. Esto está relacionado con una alimentación alta en grasas saturadas, azúcares y sodio, lo cual contribuye al desarrollo de enfermedades que históricamente aparecían en adultos mayores. Además, los niños con exceso de peso tienden a mantener ese peso en la adultez, lo que incrementa el riesgo de enfermedades a largo plazo.
Algunos estudios sugieren que la esperanza de vida de los niños actuales podría ser más corta que la de sus padres, a menos que haya intervenciones significativas en sus dietas y en su nivel de actividad física. La educación nutricional, el acceso a alimentos saludables y la promoción de actividad física son factores cruciales para revertir esta tendencia y mejorar su salud a futuro.
Cambiar la alimentación, aumentar la actividad física y estilo de vida de nuestros hijos desde ahora, puede evitar que ellos nos entierren a nosotros, y no nosotros a ellos.